Las fiestas patrias están a la vuelta de nada y
no puedo dejar de sentirme más orgullosa que antes de ser mexicana.
Sé que vivimos unos de los momentos más complicados
en la historia, pero es importante decir que a pesar de tantas cosas, nos hemos
mantenido de pie. Y es que ver a mexicanos que se parten el lomo todos los días
por hacer que este país avance, es de admirarse.
No puedo hablar por mí, pero me gustaría aplaudir a
todo aquel mexicano que siente que va contra corriente y aun así no ha perdido
el positivísimo y las ganas de seguir adelante.
Últimamente, en lo que va del año me he dedicado a
invertir en producto mexicano: Cobijas, vestidos, sarapes, café y realmente los
disfruto. Soy la más feliz sembrando semillas pensando que no hay mejor lugar
para cultivar que México y ya tengo un Chile serrano que mide 40cm y que se
llama Juan Gabriel porque empezó a florear el día que el divo murió.
La comida, ¡por dios! La comida… No sé qué sería de
mi sin, Sopes, Tacos, Pozoles, Esquites, Mezcal, Chilaquiles, Panuchos, Mole,
con una cerveza muy fría en michelada. Unos churros con Chocolate y unos
buñuelos que se derriten en la boca.
Me gusta pensar que hace mucho hubo héroes que pelearon por nuestra libertad y nuestros derechos. Me gusta pensar que en algún momento sí había coraje, valor, dignidad. Que el mexicano es, por naturaleza un guerrero que estaba orgulloso del color de su piel.
Regresando de Tulum, seguía impresionada de la Zona
Arqueológica. Que vengan de todo el mundo a tirar mandíbula y no dar crédito de
lo que están viendo, es de inflarse el pecho. Nadie como los Mayas en
Arquitectura y Astronomía. Todos esos ceros que le quitaron a mi moneda, lo
inventaron los Mayas, eh! Y también quiero que me regresen ese penacho!
Es difícil festejar el día de la Independencia sin
parecer tonto. Con los problemas que tenemos ahora, ir al Zócalo o a cualquier delegación
es considerado una traición a la patria. Yo no soy traidora a la patria y
cuando grito “Viva México” no lo hago por ser parte del montón o de querer
estar en la fiesta. Es porque realmente lo siento, porque México se merece que
aún recordemos a todos aquellos personajes que pelearon por lo que ahora
tenemos y que somos nosotros mismos los que hemos provocado una hostilidad
social.
Es importante regresar a esos valores de orgullo y
compromiso que nuestro país necesita, ahora más que nunca. No solamente cuando
juega la selección.
Y hablando de la selección, no está de más decir
que si queremos mejores cosas, tenemos que apoyar. Tenemos mucho talento
cultural, deportivo e intelectual, que necesitan de nosotros. Recuerdan esa
frase de Ratatouille donde dice “No cualquiera puede convertirse en un
gran artista, pero un gran artista sí puede provenir de cualquier lugar”. Y el
mexicano, necesita de un hermano mexicano que lo apoye.
Que estos días nos recuerden lo
realmente fundamental que es estar unidos, que en lugar de burlarse, criticar,
humillar realmente ayudemos. El mexicano que nos necesita, puede estar más cerca de lo que creemos,
pero puede ser que no lo sepamos por su miedo a que nos burlemos. Sean más
sensibles, México lo necesita y se lo merece. Nos ha dado tanto como para darle
la espalda.
Sean mexicanos todos y cada uno de los días del
año. No se arrepentirán.
¡VIVA MÉXICO!
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