sábado, 6 de enero de 2018

Última semana de vacaciones

Hola! Feliz 2018. Espero que estén disfrutando los primeros días del año y vayan cumpliendo sus propósitos poco a poco. 
En mi caso, uno de mis propósitos es cuidarme un poco más, ya sea la piel, el cuerpo, la cara. Entre el sol, la contaminación y mis alergias. Mi cuerpo y mi cara se ven cansados, descuidados. Así que ahora trato de tenerlos humectados, que con su vitamina E, que su vitamina C... 

Como muchos saben, tengo 7 semanas de vacaciones al año y procuro irme de vez en cuando a Cuernavaca con mi mamá. Aprovecho para leer mucho, relajarme y salirme de mi hermosa pero caótica ciudad. Lo único que me preocupa es dejar a Branca porque en la privada no la dejan entrar :(

En estas vacaciones terminé tres increíbles libros:
  • Mi visión del mundo, Albert EinsteinEste libro es increíble porque recopila escritos, cartas, publicaciones, diálogos y conferencias de mi físico favorito. Toca temas políticos, sociales y científicos. Por supuesto que la parte científica es muy complicada, si hay que tener mucha paciencia porque cuando no eres científico o no estás familiarizado con el tema, se puede volver aburrido. Fuera de eso, es maravilloso.
  • El arte de la guerra de Nicolás MaquiaveloEl libro es un diálogo entre maestro y estudiantes donde explica las formaciones militares de varias regiones: Italia, Francia, Grecia, Inglaterra. Desde cómo acampaban, cómo se organizaban, los cantos, cómo motivaban a sus soldados Alejandro Magno y Julio Cesar. Es un libro muy pequeño y muy fácil de leer. 
  • Post Punk, then and now. Es una recopilación de entrevistas entre directores, escritores, artistas y aficionados del Post Punk en Inglaterra, NY y Brasil. Un poco complicado para los que no estamos familiarizados con el movimiento, pero interesante sin duda. Lo explica de una manera muy amena. Para ser mi primer libro sobre este tema en particular me pareció increíble. 
Leanlos si les interesa, valen la pena.


Después de terminarlos y empezar con la biografía de Steven Tyler, mi mamá me llevó a vivir por primera vez el temazcal. 
En el 2016 viajé a Tulum en donde experimenté el baño maya porque amo estas tradiciones prehispánicas que te conectan con la naturaleza y te abren la mente. Pero el temazcal era una experiencia nueva que tenía ganas de probar desde hace mucho.
Mi mamá propuso la Posada de Tlaltenango que es un hotel muy lindo y tienen un Spa muy completo. Hicimos reservación porque queríamos tener la experiencia para nosotras solas, el hotel tuvo un tache para mi porque después de confirmar la cita, me cambiaron la hora porque había una pareja antes, así que nos hicieron esperar media hora después de nuestra cita, en lo que el guía terminaba con ellos. 
Cuando empezó con nosotros, estaba a dos de mentar madres porque la pareja que me hizo cambiar la cita, seguía haciendo preguntas a nuestro terapeuta que se llama Alberto (Lo recuerdo muy bien porque así se llama mi tío favorito), hasta que se dieron cuenta que ya estaban interrumpiendo nuestro momento. Alberto tomó una copa con copal que nos recorrió por el cuerpo dándonos una bienvenida al temazcal (del náhuatl temazcalli, ‘casa donde se suda’). Cuando entramos una de las cosas que te recomiendan es comer bien dos o tres horas antes, no como yo que nada más desayuné papaya y cuando salí del temazcal me maree horrible. 
Nuestros antepasados decían que el Temazcal es como un vientre materno, en el centro, se encuentra el ombligo y es ahí en donde se van metiendo las piedras calientes 

Entramos y durante 50 minutos de vapor, sudor, olor a eucalipto, nos untamos sábila e hicimos ejercicios de respiración, pudimos relajarnos y liberar tensiones (además debo  decir que para la sinusitis que tengo, fue uno de los mejores remedios que he experimentado). 
Se abrió la puerta cuatro veces, esto con el fin de enfriarnos, pero es donde se van metiendo las piedras en pequeños grupos comenzando por trece piedras que forman la primera puerta así se hacen cuatro sesiones, cuatro entradas hasta llegar a 52 piedras que representan al sol.
El vapor tiene hierbas que abren los poros de la piel, desintoxica el cuerpo, salen las toxinas a través de ese sudor y dejan que entren las propiedades de cada hierba. 

No sentimos los 50 minutos, se pasaron rapidísimo, salimos de ahí y tuvimos que irnos incorporando poco a poco al ambiente, yo me sentí muy mareada así que Alberto me tuvo que dejar sentada en lo que él me ponía agua tibia en la cabeza. Cuando logré levantarme, nos sirvieron rodajas de naranja y toronja con té verde. 
Me sentí relajada, cansada, limpia. Como si me hubiera quitado un peso de encima. La piel, oh por dios!, la piel se siente distinta... 

Mi mamá compró una sábila que cortamos cuando venimos y nos la untamos en la cara, pero sentirla en el cuerpo con los poros abiertos, es mucho mejor. 

Intentenlo! En la Ciudad de México el que yo conozco es el del Hotel W, porque le regalé uno a mi mamá cuando fue su cumpleaños hace tiempo, pero debe haber más. Si quieren que haga más exploraciones de estas con mucho gusto acepto que me las inviten porque sí son caras. Ja, ja

Espero que tengan un gran inicio de año, por lo pronto yo hoy regreso a mis actividades laborales.

Gracias por leer.

Diana 

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